Afrodita (La Diosa del Amor) tiene 14 hijos.

Número	Nombre	Número	Nombre
1.	Eros	8.	Hermafrodito
2.	Phobos	9.	Rodas
3.	Deimos	10.	Érix
4.	Harmonia	11.	Peitho
5.	Potos	12.	Las Gracias
6.	Anteros	13.	Príapos
7.	Himeros	14.	Eneas

En la mitología griega, Afrodita es conocida como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Se dice que surgió de las espumas del mar y desde entonces ha cautivado a dioses y mortales con su irresistible encanto. Como resultado de sus múltiples romances divinos y terrenales, nacieron los llamados “Hijos de Afrodita”, seres que heredaron su belleza, carisma y poder de seducción.

HIJOS

Afrodita (La Diosa del Amor) tiene 14 hijos.

Eros

Eros era el señor griego del afecto y el sexo. En los primeros registros fantasiosos, aparece como un dios de la etapa inicial, mientras que más tarde se lo retrata como uno de los descendientes de Afrodita y Ares.
Junto con otros descendientes de Afrodita formaron los Erotes, un grupo de seres divinos alados y amorosos. Por lo general, se representaba a Eros llevando una lira o un arco y un rayo, ya que podía disparar rayos a las personas y hacer que se enamoraran perdidamente unos de otros.
También fue retratado acompañado de delfines, instrumentos de viento, rosas, luces y gallinas.

Phobos

In Greek folklore, Phobos was viewed as the exemplification of dread and frenzy. He doesn’t seem to play a significant part in fantasies other than being his dad’s specialist into fight.

Phobos was generally portrayed in the safeguards of legends who adored him with his mouth open, uncovering his unfortunate and overwhelming teeth, to frighten away their adversaries. The adherents of his religion additionally used to make ridiculous penances out of appreciation for the god.

Deimos

Deimos, el hermano gemelo de Fobos, era la fuerza divina del miedo y el pavor. Deimos era responsable de las sensaciones de miedo y pavor que tenían los soldados antes de una pelea, mientras que Fobos ejemplificaba las sensaciones de pavor en medio de la pelea.

El nombre de Deimos por sí solo podía volver repulsivo la personalidad de los soldados, ya que era inseparable de la desgracia, la derrota y la vergüenza. En el arte, la mayor parte del tiempo aparecía retratado en artesanías, a veces representado como un joven tradicional o un león.

Harmonia

La diosa de la armonía y la concordia, Harmonia era responsable de presidir la armonía conyugal, la acción armoniosa de los soldados en la guerra y el equilibrio cósmico. La armonía fue otorgada a Cadmo, héroe y fundador de Tebas, en una boda a la que asistieron los dioses.

Sin embargo, Hefesto, enojado por la aventura adúltera de su esposa con Ares, le regaló a Harmonia un collar maldito, que condenó a sus descendientes a una tragedia sin fin.Al final, tanto Harmonia como Cadmo fueron metamorfoseados en serpientes por los dioses y fueron llevados fuera de las Islas de los Bienaventurados para vivir en paz.

Potos

Pothos, hermano de Eros y uno de los erotes de Afrodita, era importante para el séquito de su madre y normalmente se lo representaba llevando una planta, lo que demuestra que él también tenía una asociación con el dios Dioniso. En ciertas variantes de la leyenda, Pothos aparece como hijo de Eros, mientras que en otras se lo ve como una parte libre de él.

Los periodistas tardíos de estilo antiguo lo representan como un hijo de Zephyros (el viento del oeste) e Iris (el arco iris) abordando los variados intereses de la adoración. Era el señor del anhelo, la necesidad y el anhelo sexual, y muchas veces fue retratado en la pintura de vasijas griegas junto con Eros e Himeros.

Anteros

Anteros era la fuerza divina del amor remunerado y el castigador de las personas que rechazan la adoración y los avances sensuales de los demás. También era fundamental para el séquito de su madre Afrodita, y se le presentaba como un amigo íntimo de su hermano Eros que se encontraba desolado, con la posibilidad de que la adoración fuera correspondida suponiendo que fuera legítima.

En algunas representaciones, Anteros es retratado como Eros por dentro y por fuera, con cabello largo y alas de mariposa emplumadas, mientras que también se lo representa equipado con un garrote brillante o rayos de plomo.

Himeros

Himeros, uno de los Erotes e hijo de Afrodita y Ares, era el señor del deseo sexual salvaje, generando entusiasmo y deseo en los corazones de las criaturas mortales.

La mayor parte del tiempo fue retratado como un joven alado o un niño y con frecuencia aparece cerca de su hermano Eros en escenas de la introducción de Afrodita al mundo. En diferentes momentos, aparece como parte del conjunto de tres seres divinos de afecto con Eros y Pothos, generalmente transportando un arco y un rayo.

Hermafrodito

Hermafrodito, el único hijo que Afrodita tuvo con el mensajero de los seres divinos Hermes, también era visto como uno de los Erotes. A veces también lo llamaban Atlantiades porque Hermes era el gran nieto del libro de mapas.

Era la fuerza divina de los bisexuales y de los afeminados ya que según la fantasía estaba unido para siempre a Salmacis, uno de los duendes, que estaba profundamente enamorado de él. En los dos su nombre y su ser, de ahí que Hermafrodito consolide varón y mujer.

Rodas

Rodas era la esposa del dios sol Helios y la representación y diosa de la isla de Rodas. Ella era una Duende del Océano y descendiente de Poseidón, el líder del océano, y Afrodita. Rodas le dio siete hijos a Helios, mientras que tres de estos descendientes fueron las leyendas de las tres principales áreas urbanas de la isla de Rodas: Camirus, Ialysus y Lindus.

Érix

Eryx, hija de Afrodita y Poseidón, era la gobernante de la ciudad de Eryx en Sicilia. En cualquier caso, era visto como un luchador renombrado y capaz, pensando incluso por un momento en tomar el mejor toro de un grupo que estaba monitoreado por Heracles. Luego, en ese momento, puso a prueba a Heracles en una pelea de boxeo, una actividad que finalmente provocó su muerte. Una adaptación más de la fantasía cuenta que Érix fue transformado en piedra por Perseo con la cima de la Gorgona Medusa.

Peitho

En el folclore griego, Peitho era la diosa del discurso seductor, el alma ejemplificada de influencia y seducción. Era hija de Afrodita y Dioniso, y además trabajaba como sirvienta y mensajera de la diosa de la adoración. Peitho abordó tanto la influencia sexual como política, y también está relacionado con el arte de hablar. Por lo general, se la retrataba en la artesanía como una dama con la mano levantada en demostración de influencia, mientras que sus imágenes eran un manojo de cordel y una paloma.

Las Gracias

Si bien la convicción común era que las Gracias eran las hijas de Zeus y Eurínome, a veces también se pensaba en la posteridad de Afrodita y Zeus. Llamadas Aglaia (Esplendor), Euphrosyne (Euforia) y Thalia (Brote), eran tres diosas menores en el folclore griego que dirigían la excelencia, la satisfacción, la alegría, la danza, la melodía, la alegría y la relajación. Las tres Gracias eran representadas generalmente en estilo antiguo como damas expuestas, cogidas de las manos y moviéndose. De vez en cuando se les delegaba y sostenía ramas de mirto.

Príapos

Príapos también fue uno de la posteridad de Afrodita y Dioniso. Era un dios menor de la riqueza y defensor de los animales domesticados, las frutas, las plantas y los genitales masculinos. También estaba comúnmente relacionado con varios dioses griegos fálicos, incluidos Dioniso, Hermes y los sátiros Ortanos y Tikhon. Se convirtió en una figura famosa en la escritura y el arte sensual romanos, y por lo general se lo retrataba con un gorro y botas frigios rematados, un tirso con punta de cono descansando cerca y con una erección curiosamente grande y súper duradera.

Eneas

Eneas, el único descendiente de Afrodita y el soberano troyano Anquises, fue una leyenda legendaria de Troya y el pionero detrás de la ciudad de Roma. Eneas expulsó a los supervivientes troyanos después de que la ciudad cayera en manos de los griegos.

Era muy conocido por su audacia y capacidades militares, siendo superado sólo por Héctor. Las historias de Eneas reciben un tratamiento completo en el folclore romano, ya que se lo considera un progenitor de Remo y Rómulo, los creadores de Roma y la primera leyenda romana genuina.

Pero no todo es fácil para los Hijos de Afrodita. Su deslumbrante belleza y carisma también pueden ser una carga pesada de llevar. A menudo se enfrentan a la envidia y la intriga de aquellos que no pueden resistirse a su encanto. Además, a veces se ven atrapados en relaciones superficiales donde su atractivo físico es más valorado que su verdadera esencia.

A pesar de estos desafíos, los Hijos de Afrodita también pueden utilizar su don para promover el amor y la armonía. Muchos se convierten en líderes carismáticos y defensores de la igualdad y la justicia. Su capacidad para inspirar el amor y la compasión puede tener un impacto significativo en el mundo que los rodea.

En la literatura y el arte, los Hijos de Afrodita han sido representados como personajes seductores y apasionados. Sus historias a menudo exploran el poder del amor y la belleza, así como los dilemas y desafíos que enfrentan al vivir en un mundo donde su atractivo puede ser tanto una bendición como una maldición.

Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, los Hijos de Afrodita también pueden aprovechar su herencia divina para difundir el amor y la armonía. Su capacidad para inspirar el amor y la compasión en los demás puede ser una fuerza poderosa para el bien en el mundo. Muchos de ellos se convierten en defensores de la igualdad, líderes carismáticos y promotores de la belleza interior, buscando trascender la mera apariencia física y celebrando la diversidad y la autenticidad.

Conclusión

Los Hijos de Afrodita son una figura fascinante en la mitología griega y más allá. Su herencia divina les otorga una belleza y un encanto inigualables, pero también los desafía a encontrar un equilibrio entre su atractivo físico y su verdadera esencia. Su historia nos invita a reflexionar sobre la importancia del amor y la belleza en nuestras vidas, así como sobre el poder y las responsabilidades que acompañan a aquellos que poseen un don tan extraordinario.